Aunque sepa a poco, nadie sabe cuándo y dónde empezó. Así que, son libres de utilizar su imaginación. Lo que sí es seguro es que la fiebre del golf se ha expandido a lo largo y ancho del globo terráqueo. Y es que se puede jugar al golf desde la más tierna edad hasta cuando ya se está al final de esta.
Dependiendo de a quién creamos los primeros golpes de golf fueron vistos hace 2000 o 600 años. Pergaminos de la época de la dinastía Ming –a mediados del 1300- señala al suigan, que es un deporte en cual golpeas a una bola con un palo mientras caminas. Es posible que los comerciantes del camino de la seda exportaran el juego a Europa.
También, hay un vidriera del siglo XIV en la Catedral de Gloucester que muestra una figura empuñando un palo en una posición similar a un backswing, pero esa figura representa seguramente un antiguo deporte conocido como cambuca. En Francia existía un deporte, también parecido al golf, llamado jeu de mail. Éste juego era jugado por la clase dominante inglesa bajo el nombre de pall mal.
Llegados el siglo XVIII, este juego se había expandido de manera importante en estos dos países. Sin embargo, en el País Vasco francés, los jugadores golpean desde colinas y valles a objetivos tales como graneros. Otro deporte que guarda cierto parecido con el golf es el chole que es originario de Bélgica y que se jugaba con unos palos de hierro y unas pelotas de maderas con forma de huevo.
Sin embargo, que estos juegos guarden un poco de parecido con el golf, importa poco, ya que por esos años el golf estaba ya arraigado en la costa este de Escocia. El mejor argumento para decir esto es que un antepasado del juego escoces es un deporte proveniente de Holanda, quienes en el siglo XII jugaban a un deporte muy similar denominado Colf.
Los “colfers” jugaban a lo largo de cementerios e incluso por el centro de la ciudad y por último, fueron desterrados al campo. Este deporte fue popular durante 400 años, ahí es nada. Sobre el 1650, el golf estaba bien enraizado en una docena de pueblos de la costa este de Escocia. Los escoceses exportaron los palos de madera a Holanda y ellos devolvieron el regalo con rudimentarias bolas de colf.
Fueron los escoceses quienes le dieron al golf su carácter diferenciador, combinando la distancia desde el tee junto con la habilidad alrededor del green. La primera evidencia escrita aparece bajo el brazo de un decreto parlamentario prohibiéndolo por razones de seguridad nacional, eso fue en 1457 y fue declarado por James II de Escocia.
La motivación de esto, se dice, que fue fue porque en aquella época los escoceses se encontraban en guerra contra los ingleses y los primeros se dedicaban a jugar al golf en vez de practicar con el arco. Este problema desapareció cuando James IV de Escocia se casó con la hija de Enrique IV de Inglaterra. Así pues, James IV se convirtió en el primer golfista dentro de una gran lista real.
A pesar de la aprobación real, el golf podía ser jugado por cualquiera que tuviera un par de palos y una bola. Era una actividad informal, sin reglas, pocas directrices y sin competiciones formales. Los golfistas aprendían a golpear la bola con una trayectoria baja, intentando escaparse de los efectos de la brisa marina. La colocación: pies muy separados, cuerpos apuntando a la derecha del objetivo, bola a la derecha del stance y las rodillas muy flexionadas. El movimiento del palo era horizontal, todo unido hacía que la bola saliese baja y que después empezase a correr y correr por el duro césped de los links.
A medida que el golf se desarrollaba y expandía, el deseo de saber quién era el mejor golfista se hacía mayor. En 1744, unos golfistas escoceses persuadieron a la ciudad de Edimburgo para hacer un torneo que tuviese como premio un palo de plata. El evento podía jugarse por nobles, caballeros y otros golfistas, de cualquier parte de Gran Bretaña o Irlanda, y el ganador sería conocido como “el capitán del golf”.
El evento fue jugado por diez jugadores locales en un campo de 5 hoyos, donde jugaron dos vueltas –hoyos entre 414 a 495 yardas- y el ganador con 60 golpes fue John Rattray. Sin embargo, algo muy importante ocurrió ese día, y es que jugaron bajo una serie preestablecida de reglas.
Eran 13 breves reglas sin penalidades por violación. Además los primeros campos no tienen o tienen muy poco parecido a las “praderas” de hoy en día. En aquellos tiempos los recorridos escoceses eran situados en tierras estériles y onduladas que separaban las playas de la tierra arable.
Debido a donde estaba situado el campo de golf, los primeros greenkeepers fueron los conejos y las ovejas que se comían la mala yerba que suele originarse por esas zonas. No solo eso, sino que también desempeñaron un papel fundamental en el diseño de los campos, ya que estos animales cavaban madrigueras para protegerse del viento, el mismo viento que hizo más grandes las madrigueras hasta coger la forma de lo que hoy conocemos por bunkers.
No había ningún número de hoyos establecidos, tampoco existían los tees, calles o greenes. Lo único que había era un hoyo pasados unos centenares de yardas. Todo esto sería establecido más tarde por quien llevaba la administración del golf, la pequeña ciudad de St Andrews. Las primeras reminiscencias del campo escoces datan de 1552, pero se dice que posiblemente se jugaba allí 300 años antes.