Jason Day ya lleva unas cuantas semanas en el primer puesto de la clasificación mundial, una posición de la que el australiano no quiere renunciar fácilmente, pero para eso tendrá que aguantar las embestidas de jugadores como Rory McIlroy o Jordan Spieth.
Para ello el Aussie dedica grandes horas de su vida al entrenamiento, y es que no hay otra, entrenamiento más talento, esos son los principales ingredientes de una formula difícilmente solucionable, llegar a ser número 1 del mundo en aquello que haces.
Pienso, no sé si estarán de acuerdo conmigo, que para mejorar, uno tiene que hacer lo mejor posible e intentar incrementar sus habilidades por sí mismo, pero como diría Emilio Duró, carismático consultor e informador español, hay que copiar de los mejores. Entiendo que el bueno de Duró cuando habla de copiar, debemos de entender esto, como el aprender de los mejores porque ellos ya han encontrado la fórmula magistral de aquello que quieres conseguir, claro siempre hay matices.
Así pues, lean las siguientes palabras de Day porque seguro que algo aprenderemos para mejor en nuestro juego.
La presión de ser el número 1 del mundo: “Es difícil estar en la cima de tu juego todo el tiempo, todo el mundo está esperando que ganes, y eso a veces añade presión y te puede llegar a molestar”.
¿Cómo llegar a ser el mejor del mundo?: “Si quieres ser el mejor del mundo, tienes que ser el que más trabajes de todos, y tienes que estar por delante de tus competidores”.
¿Qué es más difícil llegar o mantenerse?: En opinión de Jason Day, lo más difícil es llegar a ocupar el primer puesto.
Las ganas de ser el mejor: “No hay nada peor para mí en estos momentos que jugar mal al golf. Odio tener un rendimiento pobre. Quiero estar en la pelea todo el tiempo, quiero ganar y jugar torneos de golf”.