El fenómeno de Pokémon Go está arrasando en todo el planeta, llegando hasta límites insospechados por sus creadores. Tal está siendo el éxito de la nueva propuesta lanzada por Nintendo, que la marca nipona vio como al poco tiempo su valor aumentaba casi el doble, algo que ya se ha visto reducido.
Aún con la bajada de valor, los niños y los no tan niños de todo el globo terráqueo están jugando sin parar para hacerse con todos, el primero en conseguirlo ha sido un español. Pues bien, Estados Unidos es uno de los países con más aficionados, pero como suele suceder en muchos aspectos de la vida, lo que para unos les gusta a los otros les molesta.
Y eso es exactamente lo que ha sucedido en un campo estadounidense radicado en Indianapolis, donde parece ser que los mandamases no están dispuestos a que “foráneos” campen a sus anchas por un recinto deportivo. Y es que los dueños del Sahm Golf Course no están dispuestos a que el número de incursores en el recinto en busca de un pikachu, bulbasaur o un charmander siga aumentando.
Así que para que la voluntad de los socios y la integridad física de los Ash Ketchum de turno estuviesen a salvo, los dirigentes han ideado una interesante solución: crear un evento nocturno donde los jugadores de Pokémon Go puedan atrapar a los pokémon sin incordiar a los golfistas.
Sin embargo, no prosperó la propuesta, ya que los golfistas no estaban dispuestos a dejar de jugar a partir de las 17:00 horas y los fanáticos del juego de Nintendo no estaban dispuestos a abonar los 20 dólares de turno. Por tanto, la solución final ha sido prohibir la entrada a los avezados entrenadores.