El golf como decía Arnold Palmer, la parte más importante del juego es la mente, para ser un gran jugador se debe dominar a la perfección y lidiar con la presión como nadie. Pero todo eso se pone mucho más difícil cuando te enfrentas al tee del hoyo uno en una Ryder Cup, por lo menos eso es lo que cuentan los jugadores que ha tenido la gran suerte de experimentar esa sensación. Y todos ellos coinciden que no hay un golpe igual en el mundo del golf.
Darren Clarke en la Ryder Cup de 1999 en Valderrama:
“Estaba con Monty, que ibamos a jugar contra Love III y Couples. Estaba nervioso por decir algo, mis manos, piernas, rodillas, me temblaba todo. Lo único que intenté es hacer contacto con la bola”.
Thomas Bjorn:
“Básicamente no tenía ni idea de lo que estás haciendo. En mi debut en Valderrama recuerdo que veía la calle del hoyo uno como dos pulgadas de ancha. Cualquiera que diga que no estaba nervioso en ese tee miente”.
Padraig Harrington:
“Estaba tan nervioso que ni si quiera veía la bola de golf. Por suerte pegué un buen golpe de salida.”
Graeme McDowell:
“Fue una sensación muy extraña, en verdad estuve muy tranquilo hasta que me puse a la bola. No podía ignorar el silencio, un silencia ensordecedor y que me dejó la mente en blanco. Era muy raro y no pude hacer un buen swing tras eso”.
Rory McIlroy:
“Nunca en mi vida he sentido tantos nervios como en aquel primer golpe en mi debut en la Ryder Cup de Celtic Manor.”
Tom Lehman:
“Estaba más nervioso en la primera ronda de la Ryder que en cualquier primera jornada de un grande. Cualquier partido de la Ryder es como jugar en el último grupo el domingo en un major”.
Robert Karlsson:
“Antes de ir al tee del uno de The K Club vi por las pantallas a Tiger irse al agua en un golpe, eso me tranquilizó. Pero cuando me puse encima de la bola en el uno pensé “Oh no”, era un tipo de presión que jamás había tenido. Mi caddie me dijo más tarde que cuando me dirigí a pegar el primer golpe, yo estaba blanco”.
Davis Toms:
“Me temblaban las manos, esperaba estar nervioso, pero no tanto. No sabes lo que es la presión hasta que juegas una Ryder Cup”.
Peter Baker:
“Vivo tan solo a 30 minutos de The Belfry (2002), por lo que me conozco el campo a la perfección. Pero cuando llegué el primer día de la Ryder al tee del uno y miré hacia la calle, recuerdo ver un árbol que jamás había visto, pensé “¿Quién planto anoche ese árbol?”.
José María Olazabal:
“Cualquier hombre que no le temblaran las piernas en el tee del uno de una Ryder Cup es porque está muerto”.
Como han podido observar, todos coinciden en que el primer golpe de una Ryder Cup es sin duda, el más tenso de sus vidas golfisticamente hablando, y eso que entre todos estos jugadores suman cientos de victorias por todo el mundo al más alto nivel profesional.