Para muchos el tener solo un brazo sería un impedimento demasiado grande para jugar al golf, lo que es una realidad para muchos, no lo es para el pequeño Tommy Morrisey, que con cinco años ya imita a los mejores jugadores del momento.
La verdad es que tiene mucho mérito la acción de este chaval, no por la distancia o la belleza del swing, sino por las ganas y la sonrisa en la cara que tiene Tommy en su rostro jugando al golf. ¡Saquen a su pequeño Tommy de su interior!.