Jordan Spieth buscará revalidar en Oakmont el U.S. Open que logró el año pasado, un año donde un total de ocho jugadores terminaron por debajo del par al final de la semana, nada mal si tenemos en cuenta que estamos hablando de un U.S Open, donde el promedio de golpes siempre suele ser bastante elevado.
Spieth se une a los jugadores que dicen que el resultado de la victoria estará por encima del par, y es que si tomamos como referencia el 2007, en el aquel entonces también fueron 8, pero ocho rondas por debajo del par durante toda la semana, dos de ellas las consiguió realizar Ángel Cabrera, al final el ganador del major.
Ayer Spieth dijo que: “No creo que nadie termine en números rojos al final de la semana”. El norteamericano ha jugado 54 hoyos en Oakmont, la mitad de ellos hace menos de dos meses, sin embargo, debido a las diferentes condiciones climatológicas y a la preparación que tiene el campo esta semana, le joven americano se ha encontrado un campo totalmente diferente. “Han echado mucha arena en los bunkers. Ahora muy difícil conseguir un golpe limpio de bola.“
“En el Masters de este año el juego de tee a green, me sentí mucho peor que en un circuito normal del TOUR y que quedase el 25″, dijo Spieth. “Pero debido a la manera en que me sentía y a la experiencia en el pasado logramos estar ahí arriba. Tengo una mentalidad positiva, tengo confianza a la hora de afrontar los grandes“.