No lo parece pero la invención del tee tal y como lo conocemos hoy en día sea de de madera como de plástico, ha sido un gran invento en la historia del golf, pero muy pocas personas conocen los orígenes de este utensilio tan utilizado en nuestro deporte.
Antes de este invento se utilizaban como tees pequeños montoncitos de arena en los que colocaban la bola sobre ellos, pero William Lowell, dentista de profesión, pero también amante del golf, quería mantener la higiene de las manos cada vez que colocaba la bola en la salida, por lo que no paró de darle vueltas a una idea que solucionara su problema, ya que en su profesión era vital tener las manos limpias.
El invento de Lowell tardó en implantarse, pero lo hizo finalmente gracias a la ayuda de Walter Hagen en 1928, que fue el primero en jugabar con estos tees de madera rojos, que después de cada golpe se los regalaba a los niños. Esta invención generó uno de los mayores pleitos, ya que intentaron arrebatarle la patente, pero aquella vez el Dr. Lowell consiguió que el juez fallara a su favor.