Beth Allen se buscó a alguien que le abonara la cuota de inscripción de 500$ a la previa del lunes 21 de marzo para jugar el LPGA KIA Classic. Nacida en San Diego, para Allen era un sueño poder jugar ese torneo en su ciudad. Ella en febrero acabó cuarta en el Australian Open, obteniendo dinero más que suficiente (42.820€) para pagarse la inscripción a la previa.
Pero todo eso no importó, como no es miembro del LPGA cabía la posibilidad de no entrar el lunes y fue lo que ocurrió, además tuvo que abonar la inscripción y se quedó la primera de reserva para jugarlo.
Allen está de las 20 primeras americanas en el ranking mundial y no tiene ni un solo patrocinador. Es probable que no la conozcan, en 2009 empezó a jugar en Europa y la temporada pasada logro su primera victoria en el Ladies European Tour, acabando 2015 en quinta posición en el ranking con 179.000€ y este año en cuatro torneos va primera de la orden de mérito europea, siendo la 90 del mundo.
Pero, ¿Por qué Allen juega en Europa? Ella un año obtuvo la tarjeta del circuito americano por la escuela de clasificación pero no logró mantener la tarjeta y decidió ir a jugar a nuestro continente, antes que jugar el Symetra Tour (segunda división americana), ya que hay muy poco dinero en el Symetra y las inscripciones son muy elevadas (500$). “Me pregunto que tipo de patrocinador podría conseguir si no fuera una americana homosexual jugando en Europa, ni si quiera me dan la ropa.” decía Beth.
Taylormade le proporciona desde hace años material deportivo, sin remuneración alguna, a parte le dan un código de descuento para comprar ropa en Adidas. Pero todos sus gastos los abona íntegramente de su bolsillo, la temporada pasada sus gastos fueron de unos 52.000€. Además, la 24 veces ganadora del circuito europeo, Sophie Gustafson hace de caddie a Allen desde su victoria el año pasado en el ISPS HANDA Ladies European Masters en julio.