Un torneo con la historia del Open Championship nos ha dejado con grandes recuerdos a lo largo de los años, pero claro no todos han sido buenos.
- El hoyo 18 de Jean Van de Velde: El francés llegó al hoyo 18 del último día con tres golpes de ventaja, es decir, le bastaba hacer doble bogey para ganar. Pero el hoyo 18 de Carnoustie es uno de los más difíciles del campo y Jean en vez de jugar el hoyo de forma conservadora lo jugó agresivamente terminando con un resultado de triple bogey, lo que le hizo perder el torneo al perder el playoff.
- El putt del 18 de Sergio García en 2007: Después de un día tenso para el castellonense, conseguía llegar con un golpe de ventaja al duro hoyo 18 de Carnoustie, necesitaba un par para ganar el Open Championship, su primer major y cumplir con la profecía que se le impuso con 19 años después de que quedase segundo en el PGA Championship de 1999. Al final falló el putt de menos de tres metros para par, el resto ya es historia…
- Adam Scott echa por tierra su ventaja de cuatro golpes a falta de cuatro hoyos (2012): En efecto , nos encontramos en el 2012 en el Royal Lytham mientras el australiano buscaba su primer major. Sin embargo, no sería aquí donde lo lograse porque el Aussie hizo cuatro bogeys en sus últimos cuatro hoyos, fallando un putt de poco más de dos metros en el 18, y Ernie Els hizo birdie en el último hoyo, consiguiendo quedar por delante de Adam, haciéndose con su cuatro grande.
- Tom Watson pierde en 2009 a la edad de 59 años: El ganador de cinco British Opens, Tom Watson, rompió toda lógica aquel año, llegando al hoyo 72 en Turnberry con un golpe de ventaja, una ventaja que no pudó mantener al no salvar el hoyo. En el desempate a cuatro frente a Cink, cayó del lado de éste a pesar de que el público estaba del lado de Tom.
- El Open Championship de 1979: Ese año siempre será recordado por los aficionados británicos porque fue la explosión de un chaval de 22 años que pegaba la bola con el driver para todos los lados, pero que al final conseguía hacer el score, efectivamente estamos hablando de Seve Ballesteros. En 1979 Ballesteros ganó la primera de sus tres claret jugs, pero lo hizo con un estilo que marcaría una impronta en el golf y que puso a más de uno cerca del colapso.