Hace pocos días llegaba una gran noticia para el golf en nuestro país y era la inauguración de un putting green en un pueblecito de poco más de 500 habitantes a 66 kilómetros de la capital española, en la misma provincia de Madrid, Brea de Tajo, pueblo que está siendo el centro de todas las miradas en el mundo del golf en nuestro país, ya que una población con tan pocos recursos, pero con mucho esfuerzo y empeño a conseguido construir un rincón donde personas de todas las edades puedan iniciarse en el mundo del golf, con el arte de patear.
Entonces en la inauguración de dicho putting green acudieron principalmente muchachos jóvenes para probar la nueva atracción del pueblo madrileño, además de acudir distintas personalidades de la política o de la federación de golf madrileña. Los que resaltaron el trabajo realizado para alcanzar este objetivo y también el bien que puede hacerle esta maniobra al golf en nuestro país. Pero en el vídeo que difundió la Federación Madrileña de Golf, donde se muestra el día de la inauguración con decenas de niños disfrutando de una actividad deportiva, además de una pequeña entrevista a un niño de diez años sobre su opinión acerca del deporte de los catorce palos.
Esto segundo es lo que más me ha llamado la atención, la frase de este niño madrileño, declaraciones que opino que debería hacerse virales y que ojalá los medios de comunicación más importantes de la televisión nacional lo mostraran, para enseñar a la gente de a pie que el golf es mucho más de lo que se imaginan, y que enseña muchas cosas que otros deporte no instruyen, más bien esos deportes incitan al odio, la violencia, las malas formas y en general comportamientos que en golf, por suerte, nunca existieron y en esas disciplinas las vemos por desgracia casi todas las semanas.
“La gente no se puede pegar, ni hacer daño”